Nembutal

Me llamo Jasper y en este preciso momento estoy destapando un frasco de Nembutal. Estoy en el mismo callejón donde un día conocí a mi amada, y en el mismo jodido callejón donde vi como me la pegaba con mi mejor amigo. El puto callejón donde comencé hace ya casi dos decadas a meterme jaco, y coca, y crack...Estoy en el callejón donde cuando era un joven entusiasta que acababa de llegar de Nueva Orleans me juntaba con cuatro paisanos míos a tocar jazz hasta que los vecinos se hartaban y nos inundaban de agua. Nunca podré olvidarles, de los cuatro dos murieron de sobredosis, Peter hace tan sólo unas semanas, el primero fue Justin, hace ya diez años, fue el primero en caer envenenado. El grandullón Victor está en una jodida residencia de ancianos con cuarenta y pico tacos porque se caga y se mea encima y no sabe valerse por si mismo. Aún recuerdo cuando empezabamos y nuestro camello nos dijo que era un líquido que te transportaba al mismisimo paraíso, que se lo digan a Edgar, el último de los "5 negratas de mierda" como nos llamaban en el barrio, que sufre psicopatía, esquizofrenia y todo lo que está escrito en cualquier manual freudiano. Cuando yo llegué a Chicago no tenía donde caerme muerto, tenía diecisiete años y para ganarme unos cuartos tuve que dedicarme a la delincuencia y en muchas ocasiones a la prostitución. Cuando conseguí hacer un poco de fortuna ganándome decentemente el dinero en innumerables y diversos trabajos como: Paseador de perros, dependiente en un burger, botones en un hotel...todo se fue por la borda, todo lo barrió mi vicio. Cuando pensé que nunca más volvería a delinquir tal y como lo juré al salir del talego después de dos años respirando aquel hedor a humedad y miseria, como un retrasado mental me dediqué a atracar bancos, tiendas de ropa, y todo para costear mis coqueteos con las drogas. Sí, a mi si me podeis llamar negrata de mierda, porque yo he hecho daño a la sociedad, y ya lo estoy pagando, pero psicológicamente que es peor. Pero lo que no podéis es insultar a tod mi raza, generalizar, de hecho muchos amigos negros como yo me rechazaron al darse cuenta de los negocios que me traía entre manos. Hace casi cinco años, cuando un madero me disparó y perdí una pierna decidí dejar de apoderarme de lo que no era mío, de hacer el cafre. Al fin y al cabo no podía negar la evidencia, nací con la palabra indigente tatuada en la frente porque toda mi familia lo fue. No podía aspirar a más, con mi viejo y destartalado saxo me eché a las calles, dónde interpretando viejas melodías de aquellos grandes músicos como fueron Gillespie o Duke Ellington mis propios blues que ponían el punto más melancólico y amargo a la noche del Southside de Chicago, conseguía con las pocas limosnas que me dejaban al menos comer un mendrugo de pan al día. La droga tuve que dejarla a fuerza de hostias contra la pared, cada vez que me entraba el mono acababa en urgencias por golpes cada vez mas fuertes. Así ha sido mi vida, ¿Bonita verdad? Una vez ya me intenté tirar al Lago Michigan, pero fui un cobarde. Pero esta vez no va a ser así, ¿Para qué? Cuarenta y tres años, todos mis amigos muertos o jodidos, aparento tener ochenta, en Chicago no hay sitio para mí. He estado una semana sin comer para ahorrar todo el dinero que tiraran en mi mugroso sombrero para comprar Nembutal, ahora no me voy a rajar, nada me lo va a impedir. ¡Vamos Jasper, tú puedes!-¡Jasper! ¿Qué haces? -se escuchó una voz femenina-¿Qué quieres? ¿Qué vienes a decirme ahora?-Perdóname Jasper, yo no quería...-Bueno, tomémonos una cerveza y discutamoslo tranquilamente.Ambos brindaron, pero tras dar el primer trago se dieron de nuevo una oportunidad, una oportunidad con la pálida dama.

FDO:SERDRËS 

Basta que un cerdo le pegue algún chascosentimental,y acto seguido ella toma del frasco de Nembutal. -Javier Krahe