EL VIÑA QUE (ni) PAKITO PUDO JODER

Sucedió en las postrimerías del mes de Abril para los más madrugadores, como Pakito, y en los idus de Mayo, para los que se lo tomaron con más calma, como Markito, Sonso, Aroa, o yo, el más rezagado, que llegué el viernes 3 de Mayo.

Villarrobledo acogió un año más otra edición de VIÑA ROCK, un festival ya convertido en sitio de peregrinaje, acaso en una especie de Meca a la que acuden acólitos, fiesteros, raveros y todo un crisol de personas de lo más variopintas con el fin último de pasar unos días de miedo o una semana inolvidable.

Así fue como se pergeñó la idea: El Arévolo se iba sí o sí, anunciólo con tiempo largo para hacer planes y para que alguien le acompañase. Markito acudió presto, y Sonso y Aroa, unas chicas de hoy en día, no quisieron perdérselo. Yo no pude ir hasta el viernes, y una vez allí se conformó el Equipo Viña, el cual se formaría a partir de este momento que yo narro por:

ARÉVOLO, alias Pakito el de Arévalo, en la portería. No hay guardameta más seguro a este lado del Mississippi. Ni del Tajo tampoco. Se muestra ágil en los pogos, contundente en los mano a mano (u oreja a oreja) y definitivo en las cañas. En cualquier lao le conocen.

La defensa estaría formada por SONSO y AROA, la pareja de centrales con más poderío de cualquier festival, fiesta, guateke o garito. Poderío aéreo el de Aroa, y más de rasear el balón Sonso. Inmunes al desánimo ambas, con una compenetración digna de estudio.

El centrocampista organizador sería MARKITO, siempre a rebosar de cábalas, supuestos, diatribas, ideas, improperios, cálculos... El manejo del balón pertenece a este chico, que nunca ganará un mundial, porque a fin de cuentas le suda los cojones, lo suyo es la música, el desvarío epistemológico y holístico de una buena conversación, de la que aprenda y en la que enseñe lo mucho que tiene que aportar, aunque terminara reduciéndolo todo al absurdo.

Mi posición finalmente fue la de extremo, por lo del sarcasmo que me corre por la banda y por las venas hasta que meto cualquier gol, en forma de chiste, chascarrillo, broma pesada o cínica, y por mi oratoria ambivalente, que lo mismo chuto con la diestra que con la siniestra.


La plantilla era larga, no obstante, contando en nuestras filas con varios cracks dignos de mención:

Steinburg, el delantero que más rápido cargaba la boca de cerveza, con su tatuaje insólito por puro original (la marca de la cerveza steinburg a color en la nalga izquierda, os lo juro); también la vecinita, con la que Aroa se las tuvo tiesas por decirle la verdad, solo la verdad, y nada más que la verdad. También "VoyCiego", "Sonic", "les vecins catalans" de la tienda de al lao, la rubia que vino a darnos un peta cuando más aciagas se hacían las horas de resaka mañanera... Con todos ellos se fue conformando nuestro partido: el de disfrutar del Viña.

Por el camino -y nunca mejor dicho- nos fuimos encontrando toda clase/tipo/variedad de Viñarrokers, con los que se compartió lo que se pudo y a los que seguramente pedí algo en algún momento del festival. Especial mención al chaval que cambiaba ropa a las chicas que pasaban y a todos sus amigos, por su salero, alegría, sus lonchitas de buen rollo y por el rato que allí echamos.

También al grupito de andaluces + uno de Llerena (creo recordar), con los que compartimos devaneos, debates sobre testículos gigantes y algún que otro tema que no recuerdo, si bien cabe decir que todo dentro de una atmósfera de colegueo, de respeto, de GRomas, de mutuo y cordial buen rollo y enmarcado todo en un entorno festivalero y de ganas de pasarlo bien.

También a la abuelita que nos guió hacia los bares cuando más perdidos estábamos, y que tuvo el detalle de hacerse una foto conmigo. Y al del Bar Pakito, que soportó nuestro desmadre mañanero mientras tomábamos las onces en el pueblo.

Un recuerdo a todos aquellos con los que compartimos un ratito de este Viña, y si alguno de ellos leyere esto, que no dude en mostrar cualquier tipo de reacción hacia nosotros, los que somos, pero teniendo en cuenta que allí, en el Viña, como dijeran los Lendakaris: "Fuimos héroes"...

Ravero bailongo en tejado de Rave

LOS CONCIERTOS:
VIERNES

Como ya he dicho al principio yo llegué el viernes a las 23 y pico de la noche, con lo que me perdí la ostia de grupos, especialmente a los NARCO, a los que ardía en deseos de ver, y por los que compré una entrada a 30 pavos. Quizá los 30 euros peor invertidos de mi vida.

A continuación hago un repaso a lo que pude/quise ver:

Cuando entré por primera vez en el festival estaba tocando El Drogas, pero no voy a decir más que el tío tuvo los huevos de tocarse el "Amigo mudo" de Barricada... Igual que posteriormente SKA-P tocaría su manido, desgastado, desvirtuado y anacrónico "Cannabis".

- TOY DOLS: Majísimos los tíos, y buenos músicos, que conste. Ocurrió que estando Markito y yo deleitándonos con su sonido, nos agarró un chaval, visiblemente enajenado por veteasabertú qué tipo de sustancia/virus/achaque, y se puso a gritar como una niña pija que haya visto a los back street boys en frente... Un cuadro. Total que mientras TOY DOLS desplegaban su punk clásico, sin vestimentas metaloides hoy tan en boga, ni artificios pirotécnicos ni pollas, solo buen sonido y show cojonudo, nos dio tiempo a encontrarnos al Cristian de Piornal, al que no volvimos a ver, a perderme, a encontrarnos, a robar un litrillo de una cosa que dedujimos sería cerveza con limón, y también a conocer al segurata que controlaba que la peña no meara en cualquier sitio. Con él me hice una foto CONTROLANDO, y con él y con la meada del Pakito, se fue acabando el concierto.

Posteriormente tocarían los Segismundo, pero nosotros no volveríamos a entrar hasta bien entrada la madrugada, por puro afán de aventura, a ver a un grupúsculo que decían nosequé de Extremoduro y que lo único que conseguimos entender, tras un rato de estar allí, fue que hacían versiones de estos, por lo que tomamos la saludable, documentada y democrática decisión de volver a engancharnos a la heroína, uy, qué digo... de irnos todos a tomar por culo.

En eso empleé los 30 pavos de mi entrada el viernes: en ver a los TOY DOLS, pasar de los Segismundo y cagarme en el talento desperdiciado de aquellos seres que voceaban por el Robe.

Pero bueno, la noche deparó momentos inolvidables y solo destacar la pérdida de Arévolo, que murió en combate sobre las 3 de la mañana, y al que no pudimos rescatar hasta la mañana siguiente.

La noche, pues, para el equipo conformado por Aroa, Sonso, Markito y yo, transcurrió entre raves, ravos, sidras, cervezas y corriendo a toda velocidad de aquí para allá buscando el nosequé, o el nosecuál, que dijera Reincidentes.

LOS CONCIERTOS. 

SÁBADO:


El sábado llegaba un momento que yo había esperado durante mucho tiempo: ver a Manolo Kabezabolo. Tuve que ir a Villarrobledo, en este año 2013 de Dios nuestro señor, a ver al ínclito personaje y pardiez que no defraudó. También era el día de Lendakaris, de Sepultura, de Ska-p o de Fermín Muguruza, y todos tocaron, y yo ahora diré lo que ví:

- MANOLO KABEZABOLO: Sin duda alguna, el mejor concierto del viña en mi opinión. 4 veces, 4, me ha costado verle, y otras 4 veces, 4, volvería a esperar con tal de deleitarme con un show tan personal, original, genuino... bueno, y tan punki. Allí estaba Manolo, manos a los bolsillos, como si aquello no fuera con él, cantando una tromba de himnos de apología al consumo de spid. Se arrancó con la de José María Aznar al principio, y a partir de ahí su único propósito pareció ser el de incitar al consumo de su estupefaciente favorito.
Como digo, no vi 4 conciertos, pero imagino que pocos de los artistas tuviesen una acogida tan grande como Manolo, y sintieran tan de cerca el calor del público. Un público entregado que coreó su nombre tantas veces como pudo. Un público que agradeció con uno de los aplausos más elocuentes del festival la presencia de un tipo tan singular como colgao, tan genio como figura, tan Manolo Kabezabolo.

- LENDAKARIS MUERTOS: Grupo que siempre garantiza espectáculo y buen show. Un grupo que huele a La Polla Records, a Bad Religion y a grupos que consiguen hacer con una simpleza de música y letras, algo inigualable, solo a la altura de grupazos, y los Lendakaris son un grupazo lo mires como lo mires. Irreverencia, música a tó ostia, cantante populista y enrollao. Lo tienen prácticamente todo pa deleitar al personal como así hicieron. El concierto acabó con el cantante siendo manteado por el público hasta casi la mitad del recinto. No digo más, puro espectáculo.

Con estos 2 grupos en nuestras espaldas nos fuimos de garbeo hasta que empezase el grupo favorito de Pakito, a tenor de su camiseta, y no volvimos a pisar por los escenarios hasta Ska-p, de los cuales comentaré:

- SKA-P: Tengo que empezar diciendo que había prometido irme corriendo si tocaban la de "Cannabis", pero los cabrones la tocaron pronto, y bueno, me quedé a verles. No obstante tengo que decir que me decepcionaron. No solo porque cantaran el susodicho tema, sino por su repertorio escaso, sus pausas eternas y su poco garbo. Hay que decir que a un chaval le costó la vida ver a SKA-P. El recinto era un ir y venir de ambulancias cuando llegamos a la conclusión que ya estábamos oficialmente en el "WALKING VIÑA", ondonadas de zombies con forma de jóvenes dispuestos a continuar la fiesta en memoria del chico fallecido, a quien mando un sentido homenaje.
Como digo, SKA-P llenó el recinto pero a mí me vació de fuerzas. Pakito se echó la manta a la cabeza, y haciendo gala de su condición de grupi, me convenció para involucrarnos en el pogo. Y perdí mi sudadera de "Hoy no me puedo levantar". Con eso queda todo dicho.

Y después de SKA-P nada más, vuelta a los corrales. Tocaría Sepultura y servidor se quedó con ganas de verlo, pero no tuve cuerpo, ganas ni espíritu. Les juro que lo intenté.

A todo esto habíamos perdido a la mitad del equipo, si es que alguna vez nos habíamos encontrado o si fue cierto que hubo un tiempo en el que nos conocimos... y no volvimos a reunirnos ya hasta después de los tumultos, en nuestro sitio, y no nos quedó otra que irnos de Rave... 

THE RAVE:

Capítulo a parte merece el "Anti-Viña", oséase, el conglomerado Raveril que se forma al otro lado de la carretera. Kilómetros y kilómetros de infra-Viña, de sub-mundos dubsteps, RaggaJunggles y demás sonidos estrambóticos y cacofónicos que conforman el variopinto panorama de pantalones rotos, gafas de sol y mandíbulas al ritmo de subwoofers de potencia atronadora... Había raves de dub, raves de punk, raves de echar un baile, raves de echar las raves... había de tó, como figuraba en numerosos carteles de los puestecitos que amable -y caramente- ofrecían sus múltiples productos, desde la mítica salchicha frita y su perrito, hasta la clásica y no por ello con menos gancho, tortilla de patata.

Miles de puestos (digo stánds) donde joder dinero sin tino o donde encontrar tu sitio, o el Dorado que encontróse Arévolo allá por el Jueves, y del que viene el título de esta crónica. Una anécdota que será contada a nuestros íntimos, siempre con el recuerdo de aquel Viña inolvidable en el que fuimos un equipo, y en el que ni el frío de por las noches, ni el no llevar ni un puto saco de dormir donde cobijarme, ni el no tener tienda, ni el gastarme 30 euros pa ver tocar "Cannabis" a SKA-P, ni el no ver a los NARCO, ni siquiera eso, ni tampoco Arévolo, puede cambiarlo. Así fueron las cosas y todo lo que me guardo se lo dejo a mis compadres, compañeros de equipo y de Viña, y que serán quienes siempre lleven el recuerdo.

Este fue el ViñaRock de 2013, una retahíla de historietas, de sketches frenéticos, de frenopático continuo y conversación prolija y metafísica sobre lo humano y lo divino. El viña fue la compañía, Manolo, lo que supimos perder a tiempo y lo que alguno no fue capaz de guardar, Steinbur, caminatas, caminatas, 3 veces caminatas pa no llegar a ningún sitio, y un millón de instantes que no podré olvidar, además de una resaca que se hace corta (no digo que fácil) comparada con lo eterno que será este viaje a Villarrobledo.

Valga esta pseudo-crónica, eunuca de millones de momentos que quiero preservar, para inmortalizar lo que vivimos.


Angio, 7 de Mayo de 2013